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Ducati 175 TS  

La inclusión de Ducati en el mercado español de la motocicleta comienza en el año 1958 cuando la empresa Mototrans decide producir íntegramente el primero modelo de Ducati fabricado en España.   Era la Ducati 125 Sport que se presenta al mercado el día 2 de Diciembre del año 1959.

Esta moto cautivo a los clientes de la época por su diseño en el motor con válvulas en la culata accionadas por el árbol «eje de rey» y fue competidora en un mercado en el que la sociedad española se decidía entre Montesa y Bultaco.

Al año siguiente se comienza a fabricar la 125 TS, una versión mas turismo que la 125 Sport, a la que le seguiría la Ducati 175 Ts,  la considerada «Ducati perfecta»  por su gran fiabilidad y por sus grandes prestaciones.

Fue famosa por conseguir la gesta de dar la vuelta al mundo en paralelismo con otras hazañas que ya empezaron en montesa con la operación Impala.

La historia de mi moto es una historia simple y sin embargo no es fácil de contar, como en una fabula hay misterio y también sorpresas.

Todo comenzó un día de primavera del año 1.993 cuando con 14 años fui a descargar un camioncito  «Ebro»  que tenía mi padre, por aquel entonces yo ya hacía de Chofer en la empresa de mi padre aunque solo lo llevaba por los carriles de tierra que habían en Conil.

En los «barraeros»,  que se encontraban en el camino del puerto pesquero de Conil, que por sus grandes dimensiones y descomunal agujero se utilizaban como escombreras y vertedero.  Fue allí donde encontré la Ducati 175 que tengo hoy.

Se encontraba en un estado deplorable, el tiempo había  hecho de ella un amasijo de hierros y óxido, pero me enamoré de sus curvas y de su motor y dado que estaba abandonada decidí subirla al camioncito cuando acabe de descargar.

Así fue que llegó esta Ducati a mi casa, y mi padre en cuanto la vio, dijo «yo sé de quién esta moto»  y me prometió que una día iríamos a visitar a su dueño para preguntarle si se había querido deshacer de ella y que nos dieran la documentación.

 

Pasó un poco de tiempo y conseguí hacer arrancar la moto, de ella aprendí que había motos que necesitaban de una batería para poder arrancar.  Yo hasta entonces sólo había tocado motos de dos tiempos, como la montesa que mi padre tenía.

Un día estábamos desayunando en la Venta El Canario cuando mi padre me dijo al oido, «sabes quién es ese señor que está ahí..   es el dueño de la moto que tu trajiste».  Amigo de mi padre M.A.B. nos contó que la moto se había llevado mucho tiempo debajo del almendro que tenía en su casa y que un día decidió montarla en su Retro-excabadora  y dejarla en el vertedero.

Nos contó que se la había comprado a Diego, un señor de Conil que iba a Cádiz todos los días con ella para trabajar en el reparto de las bombonas de butano.  Que ya no tenía documentación de la moto y que probablemente estaría dada de baja desde hace muucho tiempo.  Nos contó que antes había pertenecido al Alcalde Don Marino Iglesias,  de quién todo el mundo se acuerda por ser la moto con la que venía desde Toledo.  Don Marino la había estrenado el día 3 de Agosto del año 1.964, era maestro de la escuela de primaria de Conil, y hoy en día muchos de sus alumnos con mas de 65 años aun lo recuerdan, como también recuerdan la moto aparcada en la plaza del ayuntamiento.

 

 

Hice una restauración de la moto como pude con 15 años, entonces no teníamos los medios de hoy, y tampoco sabía lo que hoy sé de cómo conseguir mejores acabados, aunque mi ilusión por terminar la Ducati se debatía entre la ilusión de verla acabada y la desilusión de que nunca podría circular con ella.

Llegó el momento de ir a estudiar fuera, y la moto se quedó nuevamente olvidada en el garaje de mi padre, bastantes años.  Tantos que un día pensé que mi padre ya la había tirado, pero no fue así,  aun me la guardaba porque a él también le traía recuerdos.

Fue en el año 2014  cuando decidí sacarla de nuevo y comencé desde el principio con ella. Pude documentarla haciendo una rehabilitación del vehículo y conseguí pasar la ITV con ella para que me dieran la Ficha técnica, y así comenzar el proceso.

 

 

Una vez que conseguí la documentación de la moto la volví a desmontar completamente y comencé la restauración por completo de la moto. Ya la había pintado y había reparado el motor y me decidí a montarla de nuevo.  En medio del proceso y casi a punto de acabarlo llegó a mi garaje un señor de unos 70 años que había tenido oídas de que la Dutati de Don Marino estaba en mi garaje.   Era Diego, el señor de Conil que se la había comprado al Alcalde y que venía a verla.   Su cara de alegría al ver a su vieja compañera con la que había compartido tantas veces el trayecto de Conil a  Cádiz a diario era todo un poema: «Quien me iba a decir a mí que la volvería a ver 40 años después».

Me contó que se la había comprado a Don Marino en el año 75 por 15 mil pesetas, que era su medio de transporte hasta que consiguió comprar su primer coche y que luego la dejo olvidada en casa de su madre, hasta que Manuel se la había comprado por 10 mil pesetas en el año 80.

Decía que era una moto muy fiable, una moto muy robusta pero que no le gustaba el agua, ya que cuando llovía era frecuente verlo con la moto parada en la carretera limpiando los platinos que por su ubicación en el motor era muy propenso a que le entrase agua.

 

Hoy en día estoy terminándola por fin,  poco a poco pero ya con buen pie y desde luego intentaré tenerla lista antes de fin de año.  Corría el rumor de que era una moto complicada por su mecánica, cosa, de la que doy fe,  aunque yo he aprendido a entenderla a base de pelearme con ella.

Una leyenda más para este motoclub, de una moto que forma parte de la historia de Conil, y que aun seguirá rodando por sus calles.

El Maldito Enero del 2020.

 

El Proceso de Restauración podeis verlo en este video.

https://www.youtube.com/watch?v=z1M8BjpTHhc