Harley Davidson 1958 FL – Duo Glide
Mi primer contacto con este modelo de moto, fue hace unos 40 años cuando andaba con una humilde y lenta MZ 125. Aquel día, me adelanto con un ruido de trueno una Harley Davidson bastante bonita, de cual vi poco además del atlético piloto y de la también atlética co. Piloto, “el paquete como mal se dice”.
Unos cuantos kilómetros más adelante la fiera estaba parada al costado de la carretera, con su piloto las manos en las entraillas. Por lo visto no era más que un manguito de aceite que se había soltado, con las legendarias vibraciones propias de esta marca de motos y el arreglo era fácil, pero todo el aceite del bicho había desaparecido en la carretera…
Gracias a la rustica tecnología de la MZ, yo por narices tenía que llevar aceite para mesclar la con la gasolina, cuando tocaba repostar. Aunque no sea el aceite perfecto, espeso como una buena Guiness, para cumplir con las tolerancias generosas de estas rusticas mecánicas, la jugada fue perfecta, cambiamos aceite por una promesa de cervezas en Paris y seguimos cada uno a su ritmo. Eso si, había tenido tiempo de ver bien, por primera vez la dichosa moto, en una época donde había escasos libros de motos, y pocos de Harley Davidson bien ilustrados.
Me quede impactado y tarde unos 20 años más, para vislumbrar la posibilidad de hacerme con una. Eran otros tiempos y otras latitudes. Trabajaba para una ONG en Guatemala, y mis ratos libres los dedicaban a buscar todo tipo de vehículos antiguos, repuestos, fotos etc. Fue una época muy feliz de mi vida, durante la cual termine por tener un par de Horex 350, una Victoria Bergmeister 350, varios modelos de Harley Davidson: 1973 FL – ELECTRA GLIDE , 1974 FL – ELECTRA GLIDE, 1951 FL – HYDRAGLIDE, 1948 FL 74 – HYDRAGLIDE, 1945 U –SIDE VALVES, 1946 UL – SIDE VALVES, 1947 U SIDE VALVES, 1937 U SIDE VALVES y finalmente una 1958 FL – DUO GLIDE, la dichosa “Chapinita”.
Porque vino de Guatemala, levando casi los colores de su bandera, aunque sea una combinación original de la casa Harley Davidson para aquellos años. También conocí allí gente, mecánicos de todo pelos, coleccionistas y auténticos locos de las mecánicas antiguas. Un recuerdo especial a mi cuate y paisano Eric B. quien tenia un estudio de fotografía profesional que a lo largo de los años se convirtió en el mejor taller de restauración de vehículos ingleses del país de la eterna primavera (o de la eterna chingadera, según como se mire).
La moto hacia parte de la colección del famoso Ingeniero F. Diaz, que tenía entonces más de 30 Harley Davidson en estados de descomposición y recomposición muy variados. Todas almacenadas en la iglesia que había construido para sus vecinos de la barriada, a base de, entre otras cosas, dar paseíto a los niños, los domingos después de la misa, en un side-car Harley Davidson de los años 40
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La colección además de techo tenia la protección del Señor. Fuimos cómplices de restauraciones y aventuras con muchas de estas Harleys antiguas, y entre otras cosas, acordamos un día, un trueque entre una FL de 1974 funcionando, bastante bien para las circunstancias de la época, mas un Buick descapotable del año 1950, igual de de simpático que las anclas de la almadraba, a cambio del cadáver de “La Chapinita”. El modelo 1958 FL – Duo Glide es la ultima versión del motor Panhead, como tal, con rodamientos de bolas, muchos mas fiables que los de canastas y rodillos de las versiones anteriores (eso es una vieja maña de marca: sacar varias versiones del mismo motor, a lo largo de un periodo largo y mejorar lo a base de las averías que les van contando los clientes…nada de espíritu japonés…
Los condenados lo hicieron con todos sus tipo de motores clásicos y famosos : Knuckelhead, Panhead, Shovelhead, Blockhead (Evo), hasta con los últimos Twin Cam al final del siglo XX, que necesitaron por lo menos dos versiones para no generar quejas. Por lo visto la V.Rod escapo a esta forma muy genuina para mejorar motores, quizás porque es un motor Porsche…). Además de estos rodamientos y de 74 CU. Inches de cilindrada (1 200 cm2), es el primer año cuando aparece un freno hidráulico atrás, para intentar parar la inercia de los 300 kilos y con amortiguadores traseros, tan voluminosos que poco eficaces.
Como bien se sabe, las verdaderas suspensiones de una Harley clásica son el tamaño de la cubiertas, mas el famoso asiento montado sobre un eje terminado por 3 muelles que sube y baja dentro de un tubo del chasis. Un viejo truco probablemente sacado de los primeros tractores y que perduro por lo menos hasta los año 80. Obviamente arranque con Kick starter, electricidad original en 6V., embrague con el pie izquierdo y cambio de marchas en el tanque con una palanca, en el sentido opuesto de los modelos de los años 40. (hay que diferenciar las décadas!)
La restauración de la moto se hizo gracias a varios talleres de pintura, cromado, torno, etc. El ensamblaje final lo hicimos en el famoso Taller BOLIVAR llevado por el maestro Beto, con quien aprendí muchos trucos de mecánicas antiguas. Con 14 años el empiezo en la primera concesión Harley Davidson, del señor Vuibert en Guatemala ciudad y había aprendido su oficio de patojo con modelos de los años 1910 y 1920.
Había conocido toda la evolución de la marca hasta los año 80 y sabía identificar el modelo y el año de un sinfín de piezas, incluso cuando aparecían todas revolcadas en barreños llenos de grasa y de tela de arañas. El taller BOLIVAR era un tipo de pasillo, con techo de uralita, suelo totalmente negro de tierra compactada por los años y una cantidad generosa de aceite de motor, que temblaba con el paso de las camionetas que enfilaban la famosa avenida Bolivar.
Al final de este tipo de pasillo, había un almacén de plátanos, abastecido semanalmente por un camión entero descargado a mano y que a lo largo de la semana permitía a unas cuantas mamitas, de cargar sus canastos levados en la cabeza, para darles salida a los plátanos en la calle. Los primeros momentos de la mañana eran un sinfín de saludos y amabilidades.
Todo con ritmo de marimba, mambo y tcha tcha, tcha. Cuando el maestro tenía que salir para hacer un su mandado, los ayudante aprovechaban para cambiar esta “música antigua” y poner Rock’ Roll a toda pastilla, vigilando el regreso del aficionado a Xavier Cugat. Así conocí también unos cuantos finqueros “de a huevos” locos por andar sobre una Harley con una escuadra metida en el pantalón
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Entre tornillos y tuercas sabia de todas las leyendas urbanas de la Zona 3 y también los relatos históricos de la historia motociclista de Guatemala, desde el famoso General Ubico. Finalmente en los años 2 000 mande la moto de Guatemala a Francia vía Miami, así paso también por un escáner de la aduana, quizás para comprobar que no le dolían los huesos después de tantos años…