Hola a todos
Soy Manuel, más conocido como Tatrán, miembro de este Club desde hace unos meses que me “capto” nuestro Presidente. Desde entonces asumí con El, el compromiso de ir presentando (siguiendo su solicitud) alguna de mis motos. La primera que me pidió fue la Montesa Yaya.
A estas alturas no voy a extenderme en la historia de Montesa o de presentar el modelo anterior de pre-serie, el XX por no haber concretado aún su nombre definitivo .
Como ya sabréis, la popularmente conocida como Yaya, abarca dos diferentes modelos el A 45 y el B46. Entre ellos la diferencia más apreciable es la del motor, además de alguna en la suspensión trasera .Si bien para ser exactos, hubo una pequeña serie de A45 rígidas
Los motores son muy pareciosa nivel estético la diferencia esta en los cilindros, redondeado de 98cc en la A45 (de ahí su sobre-nombre de cafetera) y125cc cuadrado en la Montesa B46.
Esta Yaya de mi colección se la compré a medio restaurar a mi Padre/amigo Antonio Barroso. Participe en algunas fases de la restauración, esta foto es la del estado inicial aunque aparentemente bueno, al comenzar el trabajo aparecieron los “vicios ocultos” propios de un moto conservada con más de 70 años.
CHAPA
El trabajo de chapa, consistió en :
– resanar el deposito perforado por debajo
– fabricar una caja de herramientas correcta, traía un antiguo depósito de aceite
-fabricar un cubrecadenas, copiado de uno cedido por un amigo que confío en nosotros, a pesar de estar el suyo perfectamente acabado.
– reparar los agarres del guardabarros trasero
Y algún otro trabajo menor, como resanar golpes y defectos en el resto de la chapa y chasis
SUSPENSIONES
La horquilla fue encasquillada completamente, ya que los que traía estaban todos desgastados, como podéis ver en la foto
En la suspensión trasera, hubo que hacer el mismo trabajo de encasquillar con bronce los casquillos donde se mueve el eje. No tengo fotos de esta parte
MOTOR
El motor fue una de los trabajos que más faena nos dio. Estaba en un estado deplorable, con todas las holguras y roturas imaginables, incluido el pistón.
El estado inicial del motor era este
Este motor trae de origen anillos de fleltro para sellar el cigüeñal. Recargamos con soldadura y mecanizamos posteriormente para montarles retenes, que asegurasen un mejor sellado sin “tomas de aire” que dan la lata al carburar.
Para el cilindro, construimos un macho de roscar para poder repasar la rosca de los 2 escapes., estaban en un estado que era imposible montar las tuercas , también repasadas las roscas en el torno.
Las chapas de sujeción del motor en el chasis, además de dobladas tenían todos los taladros ovalados, fue más fácil fabricar unas nuevas.
El cigüeñal fue reparado por unos talleres a los que recurro siempre para este trabajo, unos grandes profesionales de Sevilla, también rectificaron el cilindro, según el pistón nuevo que localizamos, a través de un amigo de Soller.
El motor terminado lo montamos en una vacada y probamos su funcionamiento correcto, con un carburador moderno (no aparece en la foto), su IRZ original tiene todos los achaques de su diseño y edad, no está para andar haciendo pruebas con él.
CAJA DE CAMBIOS
Esta fue la parte mas complicada de la restauración porque incluía soldadura, torneado, fresado y fabricación de piezas.
Tapa rota, cuerpo mal soldado, ejes dañados, holgura en el plato de embrague, etc
Reparamos todas las soldaduras en mal estado recargando algunas de nuevo.
Alguno de los mecanizados
Encasquillamos el plato de embrague y fabricamos un nuevo eje de selector
El tren de engranajes lo sustituimos completamente, por otro nuevo
FINAL
El resto ya es lo habitual en cualquier restauración, cromados, pintura, etc
Las llantas por su medida son difíciles, por no decir imposible, de encontrar. Las cromaron mucha dificultad el considerado mejor cromador de España (no el mas barato, desde luego).
Al tanque le dimos el tratamiento interior con la resina correcta, para evitar que el oxido nos atasque el carburador.
El chasis lo pintamos con epoxi al horno. El resto incluido fileteado, en mi pintor de confianza. Este trabajo duró varios años, no fue fácil encontrar las pocas piezas originales que hubo que cambiar, ni encontrar hueco en mi trabajo habitual para las operaciones de soldadura y mecanizado.
Todo lo montamos y probamos, con algún ajuste final del selector del cambio. Del que no he hablado porque solo hubo que corregir algún desgaste en los trinquetes de fijación de las marchas.
La moto la tuvo Antonio varios años, hasta que decidió venderla para emprender su actual afición con los micro-coches clásicos. Así que 4 años después volvió a Cádiz , donde la restauramos.
Actualmente está en orden de marcha, aunque ya hace meses que no la arranco, seguro que la querida YAYA vuelve a hacerlo a la segunda o tercera patada.
Espero no haberos aburrido con este rollo.
Saludos a todos